¿EN QUÉ CONSISTE ÉSTA MEDIDA?
La Reserva Federal ha concluido su reunión de dos días recortando en dos décimas su previsión de crecimiento de diciembre, hasta el 2,1%, lo que lleva al inicio de un debate sobre el fin de las subidas de los tipos de interés. Si hace tres meses la entidad descontaba dos subidas de los tipos de interés para este año, ahora los miembros de la entidad se debaten entre dejarlos como están o realizar una única subida de 25 puntos porcentuales.
La entidad subió los tipos en diciembre hasta situarlos en una horquilla entre el 2,25% y el 2,5% y desde entonces no han cambiado. La reunión concluida hoy tampoco modifica la situación de los tipos de interés, pero sí frena claramente el calendario de subidas, lo que deja en el aire que vaya a continuar con la senda de endurecimiento de la política monetaria que comenzó en 2014.
La entidad reconoce que la actividad se ha "ralentizado" en el inicio del año después de un sólido cuarto trimestre de 2018. EEUU ya empieza a sentir los efectos de la madurez del ciclo económico y la ralentización de la economía global.
- POSIBLES CAUSAS
Para empezar vamos a pasar a descifrar las posibles causas de esta medida y los motivos que llevan a algunos expertos a "echarse las manos de la cabeza", ante los negativos indicadores de toda esta situación.
- La desaceleración de la economía estadounidense:
"Estamos vigilando de cerca la evolución de los mercados financieros", ha apuntado el presidente de la Fed, Jerome Powell, en la rueda de prensa posterior a la reunión. De esta forma, el presidente manda un mensaje claro de que la Reserva Federal no adoptará ninguna medida que pueda desembocar en una ralentización mayor de la actividad .Con todo, un análisis detallado de lo que está ocurriendo en la economía de los EEUU no invita al optimismo de cara a 2019. Primero, tras diez años de expansión económica, el momento del crecimiento se ha ido perdiendo ya el año pasado (si el crecimiento analizado del segundo trimestre fue de un 4,2%, el del tercero fue de un 3,4% y el del cuarto de un 2,6%).Segundo, la economía ha comenzado 2019 con mal pie, como se ha observado en el frenazo en la creación de empleo (es difícil contratar cuando apenas quedan desempleados como ilustra el que haya ya 7,4 millones de ofertas de trabajo vacantes, el número más elevado de la historia), o en el debilitamiento del consumo en diciembre y enero (los peores datos desde 2013).
- Desaceleración de la economía china y europea
La Unión Europea y China -que junto a EEUU son las mayores potencias económicas del mundo- han reconocido que su crecimiento se ralentiza y han tomado medidas de urgencia para evitar que el frenazo sea demasiado brusco.
En su Asamblea Popular Nacional (el poder legislativo del país, que se reúne en marzo cada año), China ha fijado su objetivo de crecimiento para 2019 en el rango del 6% al 6,5%, lo que supone una rebaja de cinco décimas respecto a la subida del PIB que se registró el año pasado.
Para alcanzarla, el gigante asiático ha anunciado un paquete de medidas de estímulo fiscal valorado en 4,15 billones de yuanes (550.000 millones de euros), que incluye rebajas de impuestos a las familias y a las cotizaciones sociales de las empresas, una reducción del IVA al sector manufacturero (del 16% al 13%), aumento de la inversión en infraestructuras y potenciación adicional al crédito a las pymes.En su Asamblea Popular Nacional (el poder legislativo del país, que se reúne en marzo cada año), China ha fijado su objetivo de crecimiento para 2019 en el rango del 6% al 6,5%, lo que supone una rebaja de cinco décimas respecto a la subida del PIB que se registró el año pasado.
Con estas medidas -que quizá constituyen la última bala en la recámara para la economía china, después de las bajadas de tipos de interés ya anunciadas- se compensará el cambio de modelo de productivo hacia uno en el que el crecimiento no se sustente en la deuda.El Banco Central Europeo (BCE), máxima institución de política monetaria de la Eurozona, también ha salido al rescate esta semana, anunciando que mantendrá los tipos de interés en el nivel actual al menos hasta el final de 2019 y presentando una nueva línea de liquidez para los bancos de la región. Pero antes de poner este 'tratamiento', Mario Draghi, presidente del BCE, 'diagnosticó la enfermedad': la economía de la zona euro no crecerá un 1,7% este año como estaba previsto sino que se ralentizará hasta el 1,1%. Se mostró así en línea con otros organismo como la Comisión Europea (que también ha rebajado su pronostico hasta el 1,3%) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (que prevé que crezca un 1%).
Con estas medidas -que quizá constituyen la última bala en la recámara para la economía china, después de las bajadas de tipos de interés ya anunciadas- se compensará el cambio de modelo de productivo hacia uno en el que el crecimiento no se sustente en la deuda.El Banco Central Europeo (BCE), máxima institución de política monetaria de la Eurozona, también ha salido al rescate esta semana, anunciando que mantendrá los tipos de interés en el nivel actual al menos hasta el final de 2019 y presentando una nueva línea de liquidez para los bancos de la región. Pero antes de poner este 'tratamiento', Mario Draghi, presidente del BCE, 'diagnosticó la enfermedad': la economía de la zona euro no crecerá un 1,7% este año como estaba previsto sino que se ralentizará hasta el 1,1%. Se mostró así en línea con otros organismo como la Comisión Europea (que también ha rebajado su pronostico hasta el 1,3%) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (que prevé que crezca un 1%).
¿CURVA DE TIPOS INVERTIDA?
El aplanamiento de la curva de tipos quiere decir que el rendimiento de los bonos con vencimiento a corto plazo (letras o bonos a uno o dos años) se está acercando al rendimiento del bono de 10 años, mientras que la inversión de la curva se produce cuando los tipos de interés a corto plazo son más elevados que los de largo. Este rasgo es poco habitual y se ha producido en momentos contados a lo largo de las últimas décadas, siempre coincidiendo con un periodo de subidas de los tipos a corto plazo por parte de la Fed, como está sucediendo en la actualidad.CURVA DE TIPOS INVERTIDA (ACTUAL) CURVA DE TIPOS FRECUENTE
En condiciones normales, la curva de tipos tiene una pendiente positiva. La explicación es lógica: no es lo mismo prestar dinero a alguien durante tres meses o un año que hacerlo con una promesa de devolución de diez o veinte años. La deuda o los bonos con vencimientos más largos suelen ofrecer un interés superior (prima a plazo), porque un mayor espacio de tiempo es sinónimo de mayor incertidumbre.
La curva de rendimientos en EEUU ha pasado de presentar un diferencial (spread) de casi 300 puntos básicos entre el bono del Tesoro a dos años y el de diez a los 23 puntos en los que se mueve en la actualidad. Este aplanamiento ha convertido a la curva de tipos en una de las cuestiones más debatidas en los últimos meses. Desde la Fed han restado importancia este movimiento. El propio Jerome Powell, presidente del organismo, contestó que "no hay razones para pensar que la probabilidad de una recesión en los dos próximos años son elevadas" tras ser preguntado por la caída del spread entre los bonos.
- ANTECEDENTES
Ahora vamos a pasar analizar si ha ocurrido a lo largo de la historia reciente algún antecedente parecido de esta inversión en la curva de tipos, y si es así, algún tipo de consecuencia que podríamos extraer con la cual poder hacer una previsión hipotética de la situación económica a la que se va enfrentar EE.UU en los siguientes años
A lo largo de la historia, la curva de rendimientos ha sido de gran utilidad como indicador adelantado de las recesiones y expansiones económicas de EE.UU. desde 1953, así como de las contracciones y expansiones en las economías de otros países, especialmente Alemania, Canadá y el Reino Unido. En general, el diferencial de tipos o la curva de rendimientos es capaz de predecir con precisión recesiones o expansiones económicas en comparación con otros indicadores económicos, incluidos los principales índices tradicionales y sus componentes, y otras variables potenciales con capacidad de predicción. Indicadores tales como los precios de las acciones y los tipos de interés pueden tener una capacidad de predicción en el futuro similar a la curva de rendimiento en determinados horizontes temporales, pero ninguno es capaz de mejorar a la curva de rendimientos como un indicador estadístico adelantado de la actividad económica real.
En el primer gráfico, se muestra para el periodo 1956 a 2018, las fechas en el que apareció la curva de rendimientos invertida (negativa) y las recesiones económicas en EE.UU.
En el primer gráfico, se muestra para el periodo 1956 a 2018, las fechas en el que apareció la curva de rendimientos invertida (negativa) y las recesiones económicas en EE.UU.
- OPINIONES A CERCA DE ÉSTE HECHO
“Si bien esperábamos que el extremo largo de la curva se mantuviera mejor, los decepcionantes datos económicos del viernes condujeron a una fuerte caída de los rendimientos del Tesoro de mayor plazo”, explica Esty Dwek, estratega de Inversiones Senior en la gestora Natixis Investment Managers. “Junto con la expectativa de que la pausa anunciada por la Reserva Federal vaya seguida de un recorte en lugar de una nueva subida, lleva a la curva a invertirse”.“Mientras que una curva invertida es una señal ominosa para el crecimiento a medio plazo, la recesión no es una conclusión predecible. De hecho, hemos visto situaciones en las que una inversión no fue seguida de una recesión en EEUU”, tranquiliza esta experta. Los datos históricos le dan la razón: entre diciembre de 1965 y febrero de 1967 la curva se invirtió y no hubo recesión.Dweck reconoce que el riesgo de recesión en EEUU ha aumentado, pero “todavía no esperamos una recesión en EEUU o mundial en 2019”. “Seguimos esperando una estabilización de los datos a partir de la primavera y dentro de la segunda mitad de este año”. “Es cierto que el riesgo de recesión en 2020 es mayor, pero es raro ver una recesión en un año electoral, y el hecho de que la Reserva Federal sea favorable al mercado debería ayudar a ampliar el ciclo”, valora la experta del banco francés.
En esa idea abundó el pasado lunes la expresidenta de la Reserva Federal Janet Yellen, que en una Conferencia de Inversión Asiática de Credit Suisse en Hong Kong, reflexionó que la inversión de la curva podría reflejar más bien la necesidad de reducir los tipos de interés en algún momento que ser señal de una recesión.
De ahí se colige que si la economía se estanca o entra en recesión bajará el apoyo a Trump y los demócratas si eligen a un candidato moderado, tendrán oportunidades de ganar la Casa Blanca. Lo interesante es cómo reaccionaría Trump ante una economía en desaceleración que redunde en menor apoyo popular. Y aquí la política exterior podría desempeñar algún papel.
En esa idea abundó el pasado lunes la expresidenta de la Reserva Federal Janet Yellen, que en una Conferencia de Inversión Asiática de Credit Suisse en Hong Kong, reflexionó que la inversión de la curva podría reflejar más bien la necesidad de reducir los tipos de interés en algún momento que ser señal de una recesión.
¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS?
A nivel de política monetaria, según la economía se siga debilitando aumentarán las apuestas a que la FED comenzará a discutir bajadas de tipos, para implementar en 2020. Además, se intensificará el debate sobre el tamaño final del balance de la FED (que determina los tipos de interés a largo plazo), y se concluirá que la FED necesita un balance mucho más elevado que el histórico.
A nivel de política nacional, una fuerte desaceleración de la economía norteamericana, y una posible recesión técnica en 2020 podría producir importantes efectos políticos. Trump se presenta a la reelección ese año, y la popularidad depende mucho de la situación económica. A mucho analista le ha sorprendido que Trump mantenga un nivel razonable de popularidad, pero si se pone en contexto esta popularidad con las extraordinarias circunstancias económicas actuales (paro en mínimos) lo que destaca es precisamente el bajo nivel de apoyo que tiene frente a otros presidentes que disfrutaron de contextos económicos boyantes.De ahí se colige que si la economía se estanca o entra en recesión bajará el apoyo a Trump y los demócratas si eligen a un candidato moderado, tendrán oportunidades de ganar la Casa Blanca. Lo interesante es cómo reaccionaría Trump ante una economía en desaceleración que redunde en menor apoyo popular. Y aquí la política exterior podría desempeñar algún papel.
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